MODA, EL CÓDIGO DE LAS TRIBUS URBANAS
Por más extraña e improvisada que parezca,
hay pocas tendencias tan bien orquestadas como la moda urbana. Faldas sobre
pantalones, coloridas zapatillas Converse y anchísimas cadenas con dijes de
igual proporciones son sólo notas en la sinfonía de las -muy debatidas-
"tribus urbanas".
Para los de mayor edad todo forma de una locura pasajera y
para los "puristas" de la moda es la propia masificación del mal
gusto; lo cierto, es que vivimos un fenómeno en el que la moda ya no va de las
pasarelas a las calles; son los códigos callejeros lo que imponen el nuevo
estilo global.
No es sólo moda adolescente, aunque ellos han dado vida a las
nuevas tendencias, las tribus urbanas se asocian por sus afinidades. Un
"mod", por ejemplo, no lucirá jamás desaliñado ni dejará de
frecuentar los lugares de moda; un "punk" sí podría lucir sucio, pero
no le atraen los lugares "in" ni la política tradicional.
Los "geek" han hecho de la tecnología un estilo de vida y sus artilugios forman parte también de su atuendo. Como si fueran una extensión de sus cuerpos.
La ropa refuerza sólo refuerza un estilo de vida, la moda urbana va más allá.
Es reciente la tendencia que algunos grupos urbanos a comer sólo comida orgánica y se habla de las mujeres solteras, profesionales y consumistas como una nueva tribu urbana (en Japón reciben el nombre de "make-inu").
La nueva estética de la moda citadina es desenfadada, pero no improvisada.
Tal como la alta costura sienta sus pautas en las grandes pasarelas, la moda urbana global pregona sus nuevos códigos en la feria europea "Bread & Butter".
El gran evento, está tan asociado al consumismo como cualquier "Semana de la moda" en las grandes capitales mundiales, pero a precios más accesibles.
Luego del último "Bread & Butter", celebrado hace dos meses en Barcelona, las normas están claras. Vuelve la estética rock-punk de la década de 1980. ¿Locuras europeas? Ni tanto.
Últimamente en algunas tiendas de moda alternativa en nuestro
país se ve uno que otro legging negro, cuadros en blanco y negro y accesorios
de cuero. Se dice que Panamá despierta a un nuevo orden global, sus tribus
urbanas también han comenzado a fusionarse con el resto del musa.
La música es, en gran parte, la fuente de inspiración de la
que beben muchos diseñadores de moda urbana.
El hip-hop, nacido en el Bronx neoyorquino, es una fuerte
influencia, gracias a diseñadores como Marc Ecko, el máximo exponente del
"street-wear".
Ecko, pasó de hacer grafitis callejeros para vender camisetas
en el garaje de la casa de sus padres hoy, a sus 32 años es el dueño de una
exitosa firma, favorita del director Spike Lee y del productor P. Diddy.
El pequeño rinoceronte, emblema de la marca, está en el pecho
de los más afamados raperos y del adolescente que aborda un bus en Panamá. Marc
Ecko es multimillonario, por ser la personificación de un fenómeno cultural y
aún sigue realizando graffitis.
Como es de esperarse, la violencia forma parte del lenguaje
de muchas de las tribus urbanas, como los "skinhead" y sus variantes
o en Panamá, como las pandillas juveniles, cuyos códigos de vestir - como hace
miles de años- consolidan su actitud.
Desde el lado "inofensivo" de la moda, la próxima
vez que se atraviesen en su camino unas oscuras medias negras, un cabello de
colores o una adolescente de impecable aspecto y sutiles tonos pasteles, no
repare en su aspecto, sino en el mensaje de su tribu.
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